Torpín de los Bosques I

DESCENSO

La verdad es que tengo un recuerdo borroso. 

No pretendo contar mi vida, entre otras cosas porque sería insufrible. Pero sí relatar una serie de acontecimientos que creo que son significativos para la idea que quiero transmitir. Lógicamente, he resumido mucho, sólo refiero algunos sucesos importantes.

Gracias a la perspectiva que me da el conocimiento, puedo explicarme muchos.

Fui un niño más o menos normal, tímido, y, como a todos, me gustaban los juegos de pelota y equipo. Pero lo que más disfrutaba era de la bicicleta. Era habilidoso, de forma que podía llevarme kilómetros conduciendo sin sujetar el manillar.

Yo era bastante malo en los deportes de equipo y/o de pelota, de forma que uno de mis hermanos me puso el apodo de «Torpín de los Bosques«(¿?). Pero jugaba, participaba y disfrutaba.

Llegaron los años universitarios y postuniversitarios. En esa época seguía practicando deporte, aunque menos de lo que deseaba. Pero, en lugar de ir mejorando mis habilidades, iba empeorando cuando tenía edad para mejorar. Yo no me daba cuenta y lo tenía asumido como normal.

Luego vinieron los primeros trabajos lejos de casa. Cada vez iba practicando menos ese tipo de deportes. Siempre he pensado que por falta de tiempo o disponibilidad pero yo creo que no sólo era eso. Empecé a correr solo.

Conocí a mi mujer, nos casamos y tuvimos nuestro primer hijo.

Recuerdo un hecho muy significativo visto desde la distancia: compré un trasportín de bebé para pasear al niño en bicicleta. Un completo desastre: el niño no paraba de llorar y yo, lejos de disfrutar del paseo, estaba inseguro pendiente de no caer y hacerle daño. NO REPETÍ.

Vino nuestra hija y tuvimos 2 o 3 años en los que no nos dio tiempo a mirarnos a nosotros mismos.

Después, reanudamos las excursiones y viajes que tanto nos gustan. Sin embargo, al caminar o hacer senderos me veía muy torpe, con miedo, sin poder hacer cosas que hacía antes; por ejemplo, cruzar un riachuelo saltando de piedra en piedra, o caminar por un sendero estrecho en la ladera de una montaña. Además, íbamos notando cada vez mayor dificultad para sortear los obstáculos (subir un camino de piedras, saltar…).

Hay varios temas que me mosqueaban mucho: por un lado, cuando salía a correr o iba al trabajo en bicicleta, comprobaba que, en lugar de mejorar, me costaba repetir los tiempos o distancias. Además, tuve varias caídas muy tontas. Sin darme cuenta desde cuándo, no podía soltar una mano del manillar de la bici.

También me preocupaba, aunque no le daba tanta importancia, la dificultad de realizar trabajos finos con la manos. Por ejemplo, cada vez me costaba más escribir a mano de forma que se pudiera entender. Me buscaba una explicación: «debe ser porque escribo poco a mano, lo hago todo con el ordenador» y me tranquilizaba un poco. Lo mismo pasaba a la hora de hacer chapuzas en casa, con la misma explicación.

Me reconfortaba comprobar que podía seguir trabajando con normalidad. De hecho, requería algunas habilidades de precisión que podía ejecutar sin problemas. Como era una actividad habitual y en la que yo estaba concentrado, todo iba bien. El problema vino cuando había que incorporar técnicas nuevas. Pero eso ya lo referiré…

Llegó un momento que nos planteamos que algo pasaba, pero no nos podíamos (o queríamos) imaginar qué.

Después de un tiempo (años), y sobre todo por insistencia de mi mujer, decidimos acudir a nuestra médica de cabecera que no dudó en enviarme rápidamente al neurólogo.

CAÍDA

El neurólogo lo tuvo claro en cuanto me reconoció: se trataba de una ATAXIA

Lo más frecuente es la  ataxia primaria heredofamiliar. Primaria porque no es consecuencia de otra enfermedad o deficiencia y heredofamiliar, como su propio nombre indica, porque es heredada, o sea, de origen genético.

Yo siempre he tenido presente la enfermedad de mi prima Loli. Tenía una enfermedad congénita (de nacimiento), rara, degenerativa, pero que yo no conocía bien.

Una de las primeras cosas que hice fue ponerme en contacto con ella: era una ataxia primaria heredofamiliar.

Tanto los neurólogos como yo sabíamos que tendría lo mismo, pero había que descartar otras posibles causas de ataxia.

Con este diagnóstico fuimos atando cabos. Por ejemplo, mi madre refiere que, en la fiesta de celebración de mi licenciatura, mi padre ya le dijo que notaba algo raro en mi habla.

Todavía no termino de comprender como no nos dimos cuenta antes, teniendo además el antecedente de mi prima. Eso mismo se plantea mi mujer, aunque ella ya me conoció «torpecillo.

Afortunadamente, se trata de una evolución muy lenta, casi imperceptible, que me permía desarrollar algunos mecanismos de compensación y que íbamos asumiendo como normales.

Gracias a esa evolución tan lenta he podido realizarme profesional y familiarmente. Con el diagnóstico de ataxia no habría estudiado, no habría trabajado en lo que trabajo, no me hubiera relacionado con la que ahora es mi mujer y, por supuesto, no tendría hijos.

Luego vendría la segunda parte, la pregunta del millón que yo me hacía: ¿PARA QUÉ?.

Desafortunadamente, no hay tratamiento para esta enfermedad tan puñetera, pero no hay nada mejor que el conocimiento de la misma para poder comprender lo que pasa y tratar de hacer lo necesario para mantenerse lo mejor posible.

“Me explico, y mi explicación es la luz que siempre busco”

COPLAS DE JUAN PANADERO

R Alberti

En la próxima contaré el PASO POR LOS INFIERNOS, ESTABILIZACIÓN y SUBIDA

27 respuestas a “Torpín de los Bosques I”

  1. José, cuando éramos niños, tú serias «torpecillo», pero eras el más sensato de todos y ,desde luego, eres un valiente. Un abrazo.

    Me gusta

  2. Gracias Jose, por el recorrido es muy esclarecedor. Nosotros empezamos a notar tus dificultades con el habla…y luego supimos el diagnostico. Lo que más me gusta de todo el texto es el final, te admiro porque has entendido el sentido de la vida, lo que nos pasa y lo que vivimos, nos hace lo que somos ahora, en el presente, en la Vida. Feliz Día ❤️

    Me gusta

  3. Me parece de muy valiente e inteligente, que sepas valorar lo positivo de no haber diagnosticado antes tu enfermedad. Eso ha hecho que sigas tu vida con normalidad. Estas dando un mensaje del cual debemos aprender para posibles -futuras enfermedades que nos diagnostiquen

    Me gusta

  4. La vida siempre es un regalo y nadie se va “de rositas”. Pero eso es vivir, agradecer y disfrutar de lo bueno y agradecer y crecer como personas con lo malo. Un abrazo y todo mi apoyo

    Me gusta

  5. Me resulta tu escrito como un buen libro cuando comienzas a leer y sabes que todo lo que venga será interesante y te engancha

    Me gusta

  6. No se si tengo problemas de memoria, pero no recuerdo que se te diera mal el fútbol, o quizás es que a mi se me diese peor y lo veía de otra manera. Saludos campeón.

    Me gusta

  7. Muchas gracias Jose por contárnoslo. Un fuerte abrazo.

    Me gusta

  8. Para mí que te he conocido desde el primer año de residente siempre de serás un tipo normal con un habla peculiar y un estupendo compañero.Todas las personas que de alguna u otra manera llevamos una enfermedad a cuestas y somos conscientes de tener esa enfermedad debemos hacer un ejercicio titánico de conocimiento de uno mismo y de nuestras fuerzas y nuestro coraje que afortunadamente en tu caso, en el mío y en el de otros muchos que conozco sale a la luz. Esperando tu próxima entrada de blog . Un abrazo Jose

    Me gusta

  9. Me encanta leerte, me paro inmediatamente a pesar de los trajines porque da gusto cómo cuentas, estoy enganchada a tu relato. No pares

    Me gusta

  10. “Anónimo ha dicho que…La vida siempre es un regalo y nadie se va “de rositas”. Pero eso es vivir, agradecer y disfrutar de lo bueno y agradecer y crecer como personas con lo malo. “Me encanta conocer esa parte de tu vida , porque como compañera de trabajo de tantos años solo puedo opinar que la ataxia era tu alter ego invisible , como Clark Kent y Superman . Era y es tu superpoder , desconocido para tod@s . Te hace más fuerte , más sabio… gracias por compartirlo Jose

    Me gusta

  11. Por suerte la vida, cuando te cierra una puerta, habitualmente te abre otras. Sería la primera vez en todos estos largos años, que te viera parado, y ahí estaremos tus amigos para acompañarte 😊. ¡¡¿Quién dijo miedo?!!. Abrazo inmenso

    Me gusta

  12. Me gusta mucho leerte Jose! Gracias por compartir cosas tan personales y que muchas veces uno no cae o no se atreve a preguntar…a pesar de tener la suerte de estar cerca tuya desde hace años! Sigue!😘

    Me gusta

  13. Mi querido amigo José Nieto, mi R mayor, del que aprendí un montón profesionalmente y ahora nos sigues dando lecciones de vida! Me ha encantado leerte y seguiré haciéndolo. Mucho ánimo y un fuerte abrazo!

    Me gusta

  14. Esperando que nos lleves al Torcal y ayudarte en el camino 😊😘

    Me gusta

  15. Hola Jose. Acabo de leer tus vivencias. Me ha parecido muy interesante y procuraré difundir su existencia. Estoy deseando conocer lo próximo que publiques. Con la palabra hablada te costará expresarte, pero con la escrita da gusto leerte

    Me gusta

  16. Hola Jose. Enhorabuena por la idea y el arrojo de llevarla a cabo. Para los que compartimos muchas horas del día durante cuatro largos años contigo no deja de ser una bofetada de realidad. Esta es tu mochila y has decidido mostrarla para alivio de muchos. Porque conocer y compartir es aliviar. Lo que no ha cambiado es tu implicación, responsabilidad y pasión en lo que haces. Fue un honor ser tu compi de rotaciones. Gracias y un abrazo

    Me gusta

  17. Me parece muy generoso por tu parte, que quieras compartir tus vivencias y experiencias. No veo reprochable no darse cuenta de que «algo pasaba»; sencillamente sabemos que cada persona tiene unas habilidades diferentes y que con la edad y las circunstancias algunas se van perdiendo. Si veo la valoración positiva que haces de que la evolución de la enfermedad haya sido lenta. Porque gracias a eso te has dado cuenta de la cantidad de cosas que has podido tener y disfrutar. Eso es importante. Gracias y un abrazo.

    Me gusta

  18. Me encanta Jose. Esperando leer el próximo capítulo de tu blog. Narras muy bien. Gracias a tu tesón te has desarrollado como un buen profesional y siempre por delante, queriendo superarte profesional, personal y familiarmente. Me encanta que sigas disfrutando lo que haces aunque con algunas dificultades más que otros. Me gusta que las dificultades para escribir, hablar o caminar las vivas con la resignación que lo haces. Y entiendo que a veces te cabrees con en mundo cuando algo no sale como a ti te gustaría. Esperando próxima entrada. Me resulta muy interesante.

    Me gusta

  19. Vamos 💪🏽

    Me gusta

  20. Jose, recuerdo aquellos años de juventud en los que compartiamos salidas, pandilla, veranos… a propósito, te has olvidado del baloncesto ¿recuerdas?. Después es cierto que el paso del tiempo nos separó un poco, pero las veces que nos hemos visto te notaba «un algo» que me incitaba preguntarte, pero, seguramente por un exceso de prudencia, me contenía. En fin, no hay tapujos. Tu optimismo, tu tesón, tu empuje y tu padecer son ingredientes que conformaran este magnifico blog

    Me gusta

Replica a Anónimo Cancelar la respuesta